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Proyecto de monitoreo del Ciervo Volante

Parque Regional de La Mandria (Turín)

Con el inicio de la actividad en el ‘Ciabot degli Animali’, ha sido posible incrementar nuestra presencia en el Parque de La Mandria con actividades fotográficas destinadas tanto a adultos como a niños durante los fines de semana. Esta actividad nos permite, además, financiar un nuevo proyecto enfocado en este caso no al público, sino a la conservación.

Skua Nature, junto con el ‘Ente Parchi Regione Piemonte’, organismo que se encarga de la gestión del Parque de La Mandria, y la Universidad de Pavia, ha puesto en marcha un proyecto de monitoreo para el Lucanus cervus (ciervo volante), para conocer con exactitud cual es la situación de esta especie tan sensible en el entorno del parque.

¿Conoces al Ciervo Volante?

El Ciervo Volante es un insecto de la familia de los lucánidos, perteneciente a la orden de los coleópteros. De dimensiones considerables (el macho alcanza incluso los 10 cm de largo incluyendo su enorme mandíbula), es el coleóptero más grande de Europa. Habita en las cavidades de los troncos, con una notable predilección por los robles.

En el caso de los machos, pueden presentar diversas formas y tamaños en sus mandíbulas. Los que poseen apéndices más pequeños se denominan PRIODONTI, los medianos MESODONTI y los más grandes TELODONTI.

El tamaño adulto del ejemplar puede ser influenciado por multiples factores, entre los que se encuentran el tipo de madera del que se alimentará la larva durante su desarollo, la cantidad de comida de la que disponga, e incluso las características estacionales durante los años en que se desarollan. De echo, la larva puede tardar hasta 5 años antes de pasar a estado de pupa antes de alcanzarr la madurez, que durará tan solo unos meses, el tiempo necesario para reproducirse.

¿Por qué es tan importante?

La especie es de especial interés naturalístico porque pertenece a la que se conoce como ‘fauna saprofítica’. Esta se constituye casi exclusivamente de insectos, de la cual gran parte pertenece al orden de los coleópteros. Su peculiaridad es que se alimentan de madera muerta, favoreciendo así el proceso de descomposición de las plantas. Estos insectos desempeñan un papel fundamental en el cíclo ecológico que rergula el sistema forestal y su renovación.

En el caso del Lucanus cervus, la madera en descomposición es digerida por bacterias simbióticas que se encuentran en el tracto digestivo de las larvas. Al finalizar la digestión, la materia que no es asimilada es devuelta al medio ambiente de manera biológicamente más eficiente parra el crecimiento y desarrollo de las sucesivas generaciones de plantas y árboles del sotobosque, asegurando así la correcta funcionalidad del ecosistema forestal. Esto es tan importante, ya que un sotobosque sano es fundamental para salvaguardar el medio ambiente que lo rodea, pudiendo combatir fenómenos como la desertificación o la inestabilidad hidrogeológica (un problema muy común en Italia y de considerable impacto socioeconómico).

El macho TELODONTI, muy escaso, al tener las mandíbulas desproporcionadas con el resto del cuerpo presenta dificultades en el movimiento y a la hora de realizar vuelos estables.

Una especie en peligro

Esta especie, por tanto, juega un papel fundamental en la cadena trófica, no solo en lo que respecta a la fijación del carbono al suelo, sino también porque forma parte de la dieta de muchas especies animales como picidos y mustélidos, que se alimentan tanto de larvas como de especímenes adultos.

Al ser un eslabón entre los diferentes ciclos ecológicos, es fundamental proteger al Ciervo Volante para salvaguardar toda la cadena. Por estos motivos, la especie está protegida e incluida en la ‘Directiva Hábitats’ ya que está amenazada por la fragmentación de su ecosistema, formado principalmente por bosques latifolios maduros, especialmente robledales.

Además, el uso de roble rojo (una planta alóctona frecuentemente utilizada en el pasado para la reforestación) el cual no es favorable para la especie, también parece empobrecer el suelo y modificar su composición.

Lucanus cervus como
bioindicador de la salud en nuestros bosques

Este insecto saproxílico (alrededor de un tercio de la biodiversidad animal en los bosques, la mitad si consideramos solo los escarabajos) está ligado a la presencia de necromasa, por lo que es importante mantener siempre cierta cantidad de madera en deescomposición en parques o áreas boscosas. De hecho, existen pautas sobre la cantidad mínima del mismo para que un bosque pueda considerarse sano y muchas veces (especialmente en el pasado) las políticas de limpieza y mantenimiento del sotobosque han resultado en un entorno empobrecido e inhóspito para diversas especies, entre ellas el Lucanus cervus; la especie también actúa como bioindicador del estado de salud de las áreas en las cuales habita.

La especie está protegida e incluida en la ‘Directiva Hábitats’ ya que está amenazada por la fragmentación de su ecosistema, formado principalmente por bosques latifolios maduros, especialmente robledales.

El proyecto

El seguimiento se realizará mediante la observación directa de la especie en el entorno por un equipo formado por personal de Skua Nature, los guardaparques de La Mandria y personal voluntario.

Para estimar mejor la población, un experto de la Universidad de Pavía estudió previamente el parque de La Mandria, identificando las áreas de mayor interés para la especie. En estas zonas se han delineado 5 senderos de muestra (denominados transectos) de 500 metros que los operadores estudiarrán en busca de ejemplares de Lucanus cervus.

La actividad se realizará a pie, desde 15 minutos antes hasta 15 minutos después de la hora exacta de la puesta del sol, durante 5 semanas, entre mediados de junio y finales de julio; lapso de tiempo durante el cual se produce la reproducción de la especie y los machos vuelan en busca de una hembra.

La longitud del transecto se divide en 5 tramos de 100 metros cada uno, debidamente señalizados con cintas rojas y blancas; esta subdivisión sirve para delinear la obtención de datos y facilitar la compilación de la hoja de campo, una herramienta que se utilizará para registrar cada avistamiento utilizando una codificación especial destinada a distinguir machos, hembras e individuos de sexo aún no identificable.
El operador también se encargará de anotar los parámetros de temperatura y humedad al comienzo y al final del monitoreo para crear un historial de observaciones útil en estudios futuros.

Al final de las 5 semanas, con todos los datos recolectados se estimará el tamaño de la población de Lucanus cervus presente en el parque, información de la cual no se dispone en la actualidad. Esto nos permitirá conocer el estado de la población y, con el paso del tiempo, su tendencia, así como nos brindará información útil sobre el estado de las áreas boscosas para aplicar intervenciones que mejoren su situación, de manera que se favorezca la conservación futura de Lucanus cervus y del propio parque.